El imperio de la ley

“Hay que darles seguridad jurídica a los inversionistas para que puedan invertir en un país, sabiendo que sus inversiones están protegidas por el imperio de la ley." -Danilo Medina-

Pudiera yo soñar con tal grado de compromiso con la seguridad jurídica del individuo dominicano, independientemente de clase social, ideología o religión? 

Es cierto que es menester del Estado velar por la seguridad y el buen desenvolvimiento de las inversiones y los contratos; es cierto que es preciso que los inversionistas se sientan seguros de tirar los cheles en Quisqueya la bella, habrá respaldo. Pero de ahí a permitir que estos foráneos, bajo la capa poderosa y selectiva del "imperio de la ley", que menciona con mucho orgullo y propiedad nuestro presidente, abusen de su virtual inmunidad.

Señores, imaginé toda una serie animada en esa frase tipo "Batman y La Ciudad Gótica." En vez de "Ciudad Gótica" cambiamos a "Ciudad Cómica" y todos los ciudadanos están protegidos por el "Imperio de la Ley" un héroe rarísimo resultante de la mutación de un abogado "picapleito" del Palacio De Justicia con un gato callejero que se intoxicó con un agua radio-activa que salía del desagüe de la casa del Cardenal Nicolás.

No sé, Danilo me cae bien y creo que ha traído cosas muy positivas al país su estilo, pero esa precisión y esa rigurosidad que exihibe a la hora de referirse a la seguridad jurídica que disfrutan los inversionístas, me destroza la sien en mil pedazos, me choca bastante. 

Mis mejores deseos en ese futuro dialogo con las empresas responsables, "para ver si ellos pueden hacer algo". Ya que "Imperio De La Ley" anda por ahí en el "ImperioMovil"para posiblemente partirle el culo a todo el que pueda cometer la osadía de decir: 

-"Gua hace un lio, el diablo e' que va paga $100".

Me llena de tristeza y de rabia que cualquiera pueda venir de fuera con 7 pesos a rompernos el país desde las lomas, hasta los bolsillos de los ciudadanos y pequeños inversionistas que en muchas ocasiones, no han visto ni por asomo a nuestro mítico héroe de las leyes en sus colmaditos, carpitas o puestos improvisados de "algo".

Oremos. 

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